Una joven de 23 años y su hijo de 4 sufrieron golpes, amenazas y fueron sometidos a la tortura de no recibir comida durante cuatro días, hasta que fueron rescatados por policías que acudieron al lugar por el llamado al 911 de vecinos.

Según pudieron determinar los investigadores, todo comenzó el domingo en una precaria habitación de una vivienda de 85 entre 16 y 17, cuando la mujer y el nene fueron encerrados y golpeados.

A pesar de las altas temperaturas, los cautivos estuvieron durmiendo en un colchón tirado en el piso y sin acceso a alimentos. La joven estaba deshidratada y con golpes en el rostro. Los vecinos escucharon los gritos y llamaron a la policía, que liberó a las víctimas y detuvo al agresor.